En el vacío más profundo,
de su mente insondable,
donde el tiempo no existe,
donde la nada lo es todo,
donde la luz no llega,
habitaba el miedo,
siempre acechando,
agazapado,
escondido,
depredador de sueños,
devorador de esperanzas,
señor de la locura,
mirándole fijamente,
desafiando su cordura.
1 comentario:
Realmente tenebrosos, el poema y la imagen, como algunos de nuestras oscuridades, porque todos las tenemos.
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